"ALGO MÁS QUE UN DOCENTE"
Hola de nuevo navegantes educativos!!
El otro día tratamos en clase uno de los temas más debatidos actualmente en la educación: el papel del docente, el papel del profesor. Muchos piensan, por desgracia, que el profesor es simplemente eso, un profesor que enseña en clase cierta materia, normalmente especializada, que se evalúa y se puntúa para dejar huella más que en la vida en el expediente.
Pero como bien sabemos nosotros, futuros profesores (o eso espero), un profesor "es algo más que un docente", es en muchos casos el mástil del barco a punto de naufragar, el sol en la tormenta, o la esperanza en el abandono escolar. Donde muchos ven un simple profesor, otros vemos una figura esencial en la educación y vida de los alumnos, y así lo recoge la propia ley educativa (Loe y LOMLOE en el articulo 91), que asienta los principios o funciones básicas que todo buen docente debe seguir:
a) La programación y la enseñanza de las arreas, materias, módulos o ámbitos curriculares que tengan encomendados.
b) La evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado, así como la evaluación de los procesos de enseñanza.
c) La tutoría de los alumnos, la dirección y la orientación de su aprendizaje y el apoyo en su proceso educativo, en colaboración con las familias.
d) La orientación educativa, académica y profesional de los alumnos, en colaboración, en su caso, con los servicios o departamentos especializados.
e) La atención al desarrollo intelectual, afectivo, psicomotriz, social y moral del alumnado.
f) La promoción, organización y participación en las actividades complementarias, dentro y fuera del recinto educativo, programadas por los centros.
g) La contribución a que las actividades del centro se desarrollen en un clima de respeto, de tolerancia, de participación y de libertad para fomentar en los alumnos los valores de la ciudadanía democrática y de la cultura de paz.
h) La información periódica a las familias sobre el proceso de aprendizaje de sus hijos e hijas, así como la orientación para su cooperación en el mismo.
i) La coordinación de las actividades docentes, de gestión y de dirección que les sean encomendadas.
j) La participación en la actividad general del centro.
k) La participación en los planes de evaluación que determinen las Administraciones educativas o los propios centros.
l) La investigación, la experimentación y la mejora continua de los procesos de enseñanza correspondiente
m) Los profesores realizarán las funciones expresadas en el apartado anterior bajo el principio de colaboración y trabajo en equipo.
Así pues, queda reflejado que un profesor "es algo más", y de hecho, MUCHO MÁS. El trabajo de un maestro va más allá de explicar unos contenidos curriculares, o crear un buen clima de aula, evaluar y calificar. En muchos casos se convierten en auténticos pilares no solo de la educación, sino de la vida de sus alumnos, y esto es precisamente lo que hemos podido observar y debatir hoy en clase, como consecuencia del visionado de un documental que sin duda, muchos deberían ver.
Dicho documental, se titula "Pulso al fracaso" un proyecto de la Fundación Tomillo, donde se dan nuevas oportunidades a través de ciclos de formación básicas a personas que no han terminado la ESO. Y es a través de este documental donde se puede ver claramente que al labor del docente es mucho más que enseñar, es aprender de los propios alumnos y amoldarse a ellos, para consecuentemente poder enseñarles.
Sin embargo, no me quiero centrar en el propio documental o en todo el computo de funciones que el docente debe llevar a cabo en su profesión, sino, que me voy a centrar en el sistema de evaluación, y como este, al igual que el propio profesor, debe adaptarse a los diferentes momentos, situaciones y alumnos. Por desgracia el sistema igualitario de la ley actual, no permite un seguimiento de evaluación individualizado o mejor dicho personalizado, pues los baremos son igualitarios, y no equitativos para todos. Sin embargo, el profesor, dentro de su función, es el que debe aprender a evaluar y a discernir criterios para con sus alumnos. Y no solo con sus alumnos sino consigo mismo, pues es necesario ser autocríticos y buscar siempre la mejor versión para poder canalizar esa educación de calidad que se pretende impartir.
En definitiva, el docente guía, enseña, acompaña y evalúa, a veces bajo imposiciones otras veces bajo el corazón. Sea como fuere, su trabajo debe ser reconocido, y por qué no, más libre, al menos en temas como la evaluación individualizada o personificada, que a través del documental hemos podido observar un poco mejor, pero que en centros normales, por la rigurosidad legislativa no se puede llevar a cabo. Está claro, que aún queda mucho por mejorar, pero poco a poco conseguiremos una mejor educación y de más calidad.
Mientras tanto...¡valoremos la función del docente! ¿tú qué opinas?
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